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La Palabra de Dios contra la tiranía y el odio en Cuba y Venezuela

Introducción

En tiempos de opresión y dictadura, como los vividos en Cuba y Venezuela, donde el gobierno ha instituido la ley del descaro y ha adoptado el odio, los pueblos enfrentan una profunda oscuridad. Estos regímenes no solo buscan controlar y someter físicamente a la población, sino que también intentan destruir su espíritu y aplastar cualquier esperanza de libertad. En medio de estas circunstancias tan adversas, la Palabra de Dios se alza como una fuente inagotable de esperanza, coraje y resistencia.

La Biblia ha sido, a lo largo de la historia, un faro de luz para aquellos que enfrentan la injusticia y la tiranía. Desde los relatos de Moisés enfrentando al Faraón en Egipto, hasta las enseñanzas de Jesús sobre el amor al prójimo y la verdad que libera, la Escritura ofrece una guía poderosa para aquellos que buscan resistir pacíficamente y mantener viva la esperanza. Este artículo se propone explorar cómo los principios y enseñanzas bíblicas pueden inspirar y fortalecer a quienes luchan contra la opresión, proporcionando herramientas espirituales y una visión esperanzadora en medio de la desesperación.

A través de un análisis profundo de las Escrituras, veremos cómo la fe, el amor, la verdad, la resistencia pacífica y la unidad entre los creyentes son armas poderosas contra cualquier forma de tiranía. Al estudiar las lecciones bíblicas, no solo encontramos inspiración para resistir, sino también un llamado a mantener la dignidad y el amor en medio de la lucha. En estos tiempos oscuros, la Palabra de Dios se convierte en una fuente de luz y esperanza que ningún régimen puede apagar. Este artículo, por tanto, es una invitación a aferrarse a esa luz y a encontrar en ella la fuerza para seguir adelante, sabiendo que, al final, la verdad y la justicia prevalecerán.

Capítulo 1: La Palabra de Dios como Fuente de Esperanza y Coraje

1.1. El Poder de la Fe en Tiempos de Desesperanza

En medio de la opresión, cuando todo parece sombrío y la esperanza se desvanece, la fe en Dios se convierte en un refugio y una fortaleza inquebrantable. La Biblia nos enseña que la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1). En tiempos difíciles, esta fe actúa como una ancla que mantiene al creyente firme, a pesar de las tormentas que lo rodean.

El Salmo 46:1-3 nos recuerda: "Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar". Este pasaje refleja una confianza profunda en la presencia y el poder de Dios, aun en medio de los desafíos más grandes. Para los cristianos que viven bajo regímenes opresivos, esta certeza de que Dios está con ellos, ofrece una esperanza que no puede ser extinguida por ninguna fuerza humana.

La historia de Job también nos muestra cómo la fe puede sostener a una persona en medio de sufrimientos inimaginables. Job perdió todo lo que tenía, pero nunca perdió su fe en Dios. Al final, su fe fue recompensada, y Dios restauró su vida. Esta historia es un recordatorio poderoso de que la fe no solo nos ayuda a soportar las dificultades, sino que también nos prepara para recibir las bendiciones que Dios tiene reservadas para nosotros.

1.2. Ejemplos Bíblicos de Lucha contra la Tiranía

A lo largo de la Biblia, encontramos numerosos ejemplos de hombres y mujeres que, movidos por su fe, se enfrentaron a regímenes tiránicos y situaciones de extrema injusticia. Uno de los relatos más icónicos es el de Moisés, quien fue llamado por Dios para liberar al pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto. A pesar de la inmensa autoridad y poder del Faraón, Moisés, armado solo con la palabra de Dios y su fe inquebrantable, desafió al Faraón y condujo a su pueblo hacia la libertad (Éxodo 3-14).

Este acto de valentía y confianza en Dios sigue siendo un ejemplo inspirador para aquellos que hoy enfrentan la opresión. Moisés no se rindió ante la tiranía del Faraón; en su lugar, se apoyó en Dios y en la promesa de liberación. Para quienes viven bajo la opresión de regímenes como los de Cuba y Venezuela, la historia de Moisés es un recordatorio de que, con la ayuda de Dios, incluso las fuerzas más poderosas pueden ser derrotadas.

Otro ejemplo notable es la historia de David y Goliat. David, un joven pastor, se enfrentó al gigante Goliat con nada más que una honda y cinco piedras, pero con una fe inmensa en Dios. Mientras Goliat confiaba en su fuerza física y en sus armas, David confiaba en el Señor de los ejércitos (1 Samuel 17:45-47). Al igual que David, los cristianos hoy pueden enfrentar gigantes de la injusticia y la tiranía, sabiendo que Dios pelea sus batallas.

1.3. Versículos Claves que Inspiran la Resistencia Pacífica

La Biblia ofrece una gran cantidad de pasajes que inspiran y guían a los creyentes a resistir pacíficamente la injusticia. Uno de estos versículos es Romanos 12:21: "No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal". Este versículo encapsula la esencia de la resistencia cristiana: no devolver mal por mal, sino responder al mal con el bien. En contextos donde la tiranía y el odioísmo prevalecen, esta enseñanza se convierte en una estrategia poderosa para desarmar a los opresores.

Otro versículo clave es Mateo 5:9, donde Jesús dice: "Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios". La paz no es solo la ausencia de conflicto, sino una fuerza activa que promueve la justicia y la reconciliación. En tiempos de opresión, ser un pacificador significa trabajar por la paz y la justicia, incluso cuando enfrentamos persecución y odio.

El apóstol Pablo también nos ofrece una guía importante en 2 Corintios 10:3-4: "Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas". Este pasaje nos recuerda que nuestra lucha no es con armas físicas, sino con la verdad, la fe y la oración. Estas son las armas que Dios nos ha dado para derribar las fortalezas de la injusticia y la tiranía.

Capítulo 2: La Denuncia del Mal y la Injusticia en la Biblia

2.1. La Biblia y su Condena al Pecado y la Opresión

La Biblia es clara en su condena al pecado y a toda forma de injusticia. Desde el Antiguo Testamento, Dios muestra su rechazo absoluto a la opresión y al maltrato de los débiles. Proverbios 6:16-19 enumera las cosas que Dios detesta, entre las cuales se encuentran “los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.” Este pasaje no solo condena el pecado en general, sino que pone énfasis en aquellas actitudes y acciones que perpetúan la injusticia y el mal.

En el contexto de regímenes opresivos, como los de Cuba y Venezuela, estas condenas bíblicas resuenan con una fuerza particular. Las “manos derramadoras de sangre inocente” y “el corazón que maquina pensamientos inicuos” son características propias de líderes que utilizan su poder para oprimir, perseguir y destruir a su propio pueblo. La Biblia no solo identifica estas acciones como pecaminosas, sino que también nos llama a denunciarlas y no ser cómplices del mal.

2.2. El Llamado a Defender a los Oprimidos y la Justicia

La Biblia no solo condena la injusticia; también llama a los creyentes a ser defensores activos de los oprimidos y promotores de la justicia. En Isaías 1:17, Dios exhorta a su pueblo: “Aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.” Este llamado a la acción no es opcional para los creyentes; es un mandato divino que refleja el carácter justo de Dios.

En tiempos de opresión, este mandato adquiere una importancia aún mayor. Los creyentes están llamados a ser la voz de los que no tienen voz, a defender a los débiles y a trabajar incansablemente por la justicia. Este llamado es particularmente relevante en contextos donde la injusticia es institucionalizada y perpetuada por el propio gobierno. En Cuba y Venezuela, donde los regímenes utilizan la ley para oprimir y silenciar al pueblo, los cristianos deben recordar que su lealtad final es a la justicia de Dios, no a las leyes injustas de los hombres.

Miqueas 6:8 resume de manera sucinta lo que Dios requiere de nosotros: “Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y ¿qué pide El Señor de ti? Solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.” Este versículo combina la justicia con la misericordia, recordándonos que nuestra lucha contra la injusticia debe estar motivada por el amor y la compasión, no por el odio o el deseo de venganza.

2.3. Jesús y su Enfrentamiento con las Autoridades Corruptas

Jesús, durante su ministerio terrenal, se enfrentó a las autoridades corruptas de su tiempo, desafiando tanto a los líderes religiosos como a los gobernantes civiles que abusaban de su poder. En Lucas 20:20-26, los fariseos y herodianos intentaron atrapar a Jesús con una pregunta sobre el pago de impuestos al César. Sin embargo, Jesús respondió con sabiduría, diciendo: “Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.” Con esta respuesta, Jesús no solo eludió su trampa, sino que también estableció una distinción clara entre la autoridad terrenal y la autoridad divina, recordando que la lealtad suprema de un creyente es hacia Dios.

Jesús también condenó abiertamente la hipocresía y la injusticia de los líderes religiosos de su tiempo. En Mateo 23, Jesús pronunció una serie de “ayes” contra los escribas y fariseos, acusándolos de ser “sepulcros blanqueados” que por fuera aparentaban ser justos, pero por dentro estaban llenos de hipocresía y maldad. Jesús no se limitó a criticar sus acciones; también expuso la corrupción interna que motivaba su comportamiento, dejando claro que Dios no tolera la injusticia disfrazada de piedad.

La confrontación de Jesús con las autoridades culminó en su juicio y crucifixión, actos que revelaron la profundidad de la corrupción y el odio de aquellos en el poder. Sin embargo, la resurrección de Jesús al tercer día demostró que la justicia de Dios prevalece sobre la injusticia de los hombres, y que, al final, el mal no tiene la última palabra.

Capítulo 3: La Esperanza en Medio de la Opresión

3.1. La Esperanza como Pilar de la Fe Cristiana

La esperanza es un tema central en la fe cristiana, especialmente en tiempos de opresión y sufrimiento. A lo largo de la Biblia, Dios promete que, a pesar de las dificultades y pruebas que sus hijos puedan enfrentar, Él siempre está presente y tiene un propósito mayor. Esta esperanza no es una expectativa ingenua, sino una convicción profunda y firme en la fidelidad de Dios y en la certeza de que Su voluntad se cumplirá.

Romanos 8:18 ofrece un consuelo profundo al decir: "Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse." Este versículo recuerda a los creyentes que las dificultades actuales, por duras que sean, son temporales y no pueden compararse con la promesa de la vida eterna y la paz en la presencia de Dios.

En el contexto de regímenes opresivos como los de Cuba y Venezuela, esta esperanza actúa como un ancla para las almas de los creyentes, ayudándolos a resistir la desesperación y el desánimo. La opresión y el sufrimiento son reales y dolorosos, pero la esperanza cristiana asegura que Dios está con su pueblo, trabajando para su bien, incluso en las situaciones más oscuras.

3.2. Ejemplos Bíblicos de Esperanza en Tiempos de Opresión

La Biblia está llena de ejemplos de personajes que mantuvieron la esperanza en medio de la opresión. Uno de los más notables es el profeta Daniel, quien, a pesar de ser llevado cautivo a Babilonia y enfrentarse a amenazas constantes por su fe, nunca perdió la esperanza en Dios. En Daniel 6, cuando se emite un decreto prohibiendo la oración a cualquier dios que no sea el rey, Daniel sigue orando a Dios con valentía, sabiendo que podría ser lanzado al foso de los leones. Sin embargo, su esperanza y confianza en Dios no vacilaron, y como resultado, fue librado milagrosamente.

Otro ejemplo es el de José, quien, a pesar de ser vendido como esclavo por sus hermanos y encarcelado injustamente en Egipto, mantuvo su fe y esperanza en Dios. A lo largo de todas sus pruebas, José nunca dejó de confiar en que Dios tenía un propósito mayor para su vida. Esta esperanza fue finalmente recompensada cuando Dios lo elevó a la posición de gobernador de Egipto, donde pudo salvar a muchas vidas durante una gran hambruna (Génesis 37-50).

Estos ejemplos muestran que la esperanza en Dios puede sostener a los creyentes incluso en las circunstancias más difíciles. Aunque la liberación y la justicia no siempre llegan de inmediato, la Biblia asegura que Dios siempre cumple sus promesas y que, al final, la verdad y la justicia prevalecerán.

3.3. Mantener la Esperanza en Tiempos Modernos: Aplicaciones para Cuba y Venezuela

Para los cristianos en Cuba y Venezuela, mantener la esperanza puede parecer un desafío abrumador frente a la opresión diaria y la falta de libertades. Sin embargo, la esperanza bíblica proporciona una fuente de fortaleza que trasciende las circunstancias actuales.

Primero, es fundamental recordar que la esperanza cristiana no depende de las condiciones políticas o económicas, sino de la naturaleza inmutable de Dios. Dios es soberano y su amor por su pueblo es eterno. En Jeremías 29:11, Dios promete: "Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice El Señor, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis." Esta promesa fue dada a Israel durante su exilio en Babilonia, un tiempo de gran sufrimiento, y sigue siendo una fuente de consuelo para los creyentes en situaciones de opresión.

Segundo, los cristianos están llamados a ser portadores de esperanza para otros. En 1 Pedro 3:15, el apóstol Pedro exhorta a los creyentes a estar siempre preparados para dar razón de la esperanza que hay en ellos, pero con mansedumbre y reverencia. Esto implica vivir de manera que otros puedan ver la esperanza de Cristo reflejada en sus vidas, incluso en medio de la adversidad. En Cuba y Venezuela, donde muchos sufren bajo la represión, los cristianos pueden ser una luz de esperanza, mostrando que hay un futuro más allá de la opresión presente.

Finalmente, es importante que los cristianos se apoyen mutuamente, fortaleciendo su esperanza a través de la comunidad y la oración. Hebreos 10:24-25 nos anima: "Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca." En tiempos de persecución, la comunidad cristiana puede ser un refugio donde los creyentes se animan mutuamente a mantener la fe y la esperanza.

Capítulo 4: Mateo 7:6 y la Sabiduría de No Desperdiciar lo Sagrado

4.1. Entendiendo Mateo 7:6 en su Contexto

Mateo 7:6 es un versículo en el que Jesús ofrece una advertencia clara sobre cómo los creyentes deben manejar lo sagrado en un mundo que a menudo es hostil hacia la verdad divina. El versículo dice: "No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen."

Este versículo ha sido interpretado de varias maneras, pero en general, la enseñanza subyacente es la necesidad de discernir cuándo y cómo compartir las verdades sagradas de Dios. Los "perros" y "cerdos" en este contexto representan a aquellos que son hostiles a la verdad, que no solo rechazan el mensaje, sino que lo desprecian y lo tratan con burla. Jesús advierte que no debemos exponer lo sagrado a quienes no tienen ninguna intención de valorarlo, porque podría resultar en un desprecio aún mayor y en un ataque contra los mensajeros de la verdad.

4.2. Los Políticos en Cuba y Venezuela: Similitudes con "Perros" y "Cerdos" en Mateo 7:6

En el contexto de los regímenes de Cuba y Venezuela, donde los líderes políticos han demostrado una actitud de desprecio hacia la verdad, la justicia y el bienestar del pueblo, se puede ver una similitud con la advertencia de Jesús en Mateo 7:6. Estos líderes no solo han rechazado los principios básicos de libertad, justicia y dignidad humana, sino que han pisoteado cualquier intento de cambio, reprimiendo brutalmente a aquellos que buscan la verdad y la justicia.

Comparar a estos políticos con "perros" y "cerdos" en el contexto de Mateo 7:6 no es una declaración de desprecio personal, sino una identificación de su comportamiento y actitud hacia lo sagrado y lo justo. Como los perros y cerdos en la advertencia de Jesús, estos líderes han demostrado que no valoran lo que es sagrado, y en su lugar, lo pisotean y atacan a aquellos que lo representan.

Por ejemplo, en ambos países, cualquier expresión de disidencia es brutalmente reprimida, ya sea mediante encarcelamiento, tortura, o incluso la muerte. Las manifestaciones pacíficas son aplastadas, y los líderes religiosos o civiles que se atreven a hablar en favor de la justicia son silenciados o exiliados. Este comportamiento refleja una falta total de respeto por las verdades fundamentales y una disposición a destruir a aquellos que las defienden.

4.3. Cómo Debe Actuar el Pueblo Según la Palabra

A la luz de Mateo 7:6, el pueblo de Dios debe actuar con sabiduría y discernimiento. No se trata de guardar silencio ante la injusticia, sino de ser estratégicos y cuidadosos en cómo y cuándo se comparte la verdad en un entorno tan hostil. Aquí hay algunas formas prácticas en las que los creyentes pueden aplicar este principio:

1. Enfocarse en el Cuidado de la Comunidad: En lugar de desperdiciar energías tratando de convencer a quienes están decididos a despreciar la verdad, los cristianos pueden enfocar sus esfuerzos en fortalecer y cuidar a su comunidad. Esto incluye proporcionar apoyo espiritual y material a quienes sufren bajo la opresión, fomentar la unidad y la resistencia pacífica, y preparar a la comunidad para soportar las pruebas con fe y esperanza.

2. Resistencia Inteligente y Prudente: Enfrentar a un régimen opresivo no siempre significa una confrontación directa, especialmente cuando esto podría llevar a más represión y sufrimiento. Los creyentes pueden adoptar formas de resistencia más sutiles, como la difusión clandestina de información, el apoyo mutuo en tiempos de crisis, y la creación de redes de solidaridad que no expongan innecesariamente a los miembros más vulnerables.

3. Oración por la Transformación: Aunque el versículo de Mateo 7:6 advierte sobre compartir lo sagrado con aquellos que lo despreciarán, esto no significa que los creyentes deban dejar de orar por la conversión y la transformación de los opresores. Jesús nos llama a amar a nuestros enemigos y a orar por quienes nos persiguen (Mateo 5:44). Por lo tanto, mientras se actúa con discernimiento, los cristianos deben seguir orando por un cambio en los corazones de los líderes opresivos.

4. Educar y Preparar a las Futuras Generaciones: En lugar de desgastar los recursos tratando de cambiar lo que es inmutable en el corto plazo, los creyentes pueden enfocarse en educar y preparar a las futuras generaciones. Esto incluye enseñarles sobre la importancia de la verdad, la justicia, y la dignidad humana, y cómo resistir el mal de manera que sea fiel al Evangelio.

5. Incompatibilidad de pensamientos: El pueblo debe de conocer que con la verdad, la decencia y la justicia estos líderes políticos no van a optar por el cambio, al contrario, van a reaccionar con más opresión y desvergüenza. Estos "perros" y "cerdos" son incompatibles con las personas comunes, no colapsan haciendo el mal de manera continuada, por lo que se les puede llamar sádicos. Es necesario una fuerza que ponga fin a este ciclo de corrupción.

Capítulo 5: La Unidad de los Creyentes como Fuerza para el Cambio

5.1. La Importancia de la Comunidad Cristiana en la Lucha contra la Tiranía

En tiempos de opresión, la unidad de los creyentes se convierte en una fuerza indispensable. La Biblia enseña que los cristianos no deben enfrentar las pruebas solos, sino en comunidad, fortalecidos mutuamente en la fe. En Hebreos 10:24-25, se nos exhorta a no dejar de congregarnos y a estimularnos al amor y a las buenas obras, especialmente en tiempos difíciles. Esta unidad no solo es una fuente de fortaleza espiritual, sino también un testimonio poderoso de la fe cristiana en acción.

En Cuba y Venezuela, donde la represión busca desintegrar cualquier forma de resistencia organizada, la comunidad cristiana puede ser un refugio seguro y una base desde la cual se promueva el cambio. La historia de la iglesia primitiva en el libro de los Hechos muestra cómo la unidad de los creyentes fue clave para su crecimiento y resistencia frente a la persecución. La comunión, la oración y el apoyo mutuo fueron fundamentales para su supervivencia y éxito.

5.2. Ejemplos Bíblicos de Unidad en la Adversidad

Uno de los ejemplos más claros de unidad en tiempos de adversidad se encuentra en Hechos 2:42-47, donde la iglesia primitiva se caracterizaba por su comunión, compartiendo todo lo que tenían y cuidando unos de otros. Esta unidad les permitió no solo sobrevivir a la persecución, sino también prosperar y expandir el mensaje del Evangelio.

Otro ejemplo es la historia de Nehemías, quien lideró la reconstrucción de los muros de Jerusalén. Bajo su liderazgo, el pueblo trabajó unido, resistiendo las amenazas y burlas de sus enemigos. Nehemías 4:6 dice: "Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar". La unidad del pueblo fue crucial para superar la oposición externa y completar la obra.

Estos ejemplos bíblicos resaltan la importancia de la unidad en la lucha contra la tiranía y el mal. En la unidad, los creyentes encuentran fuerza, protección y la capacidad de realizar grandes obras a pesar de la adversidad.

5.3. El Llamado a la Solidaridad y al Apoyo Mutuo en Tiempos Difíciles

En contextos de represión, como los que se viven en Cuba y Venezuela, la solidaridad entre los creyentes no es solo un deber espiritual, sino una necesidad práctica. El apóstol Pablo exhorta en Gálatas 6:2: "Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo". Esto implica que los cristianos deben estar dispuestos a apoyar a sus hermanos en la fe, ya sea con recursos materiales, consejo espiritual, o simplemente con su presencia y oración.

En la práctica, esto puede significar organizar redes de apoyo para aquellos que son perseguidos, orar juntos, o compartir recursos con los más necesitados. La iglesia puede convertirse en un lugar de refugio y esperanza, donde los creyentes se fortalecen unos a otros y se preparan para enfrentar la adversidad con coraje y fe.

Además, la unidad y la solidaridad no solo benefician a los creyentes, sino que también pueden inspirar a otros en la sociedad a unirse en la búsqueda de la justicia y la libertad. Una iglesia unida y activa puede ser un faro de esperanza para toda la comunidad, mostrando que la opresión y la injusticia no tienen la última palabra.

Conclusión

A lo largo de este artículo, hemos explorado cómo la Palabra de Dios puede guiar a los creyentes en su lucha contra la opresión y el odioísmo en regímenes como los de Cuba y Venezuela. Desde la importancia de la fe y la esperanza, pasando por la denuncia del mal y la injusticia, hasta la resistencia pacífica y la unidad de los creyentes, hemos visto que la Biblia ofrece una guía clara y poderosa para enfrentar la tiranía con coraje y sabiduría.

Es crucial que los cristianos mantengan su enfoque en la Palabra de Dios, que es una fuente inagotable de esperanza y fortaleza. En tiempos de oscuridad, la fe en Dios y la unidad en la comunidad cristiana pueden iluminar el camino hacia la justicia y la libertad. Este artículo ha buscado mostrar que, aunque las circunstancias sean difíciles, los creyentes pueden encontrar en la Biblia la inspiración y las herramientas necesarias para resistir y perseverar.

Finalmente, es importante recordar que la lucha contra la opresión no es solo una batalla física o política, sino también espiritual. Por lo tanto, los creyentes deben mantenerse firmes en la oración, en la comunión con otros cristianos y en la proclamación de la verdad, sabiendo que Dios está con ellos y que, en Su tiempo, la justicia prevalecerá.

Que la esperanza en Cristo, el amor por el prójimo, y la unidad entre los creyentes sean los pilares que guíen a todos aquellos que buscan un cambio en medio de la tiranía. Y que, a través de la fe y la acción, podamos ver un día en que la justicia y la paz reinen en Cuba, Venezuela, y en todos los lugares donde la opresión aún persiste.